LA ELECCIÓN DEL CACHORRO

EL "TEST DE CAMPBELL"

 

    Para la adquisición de un cachorro, sea la raza que sea, yo os recomiendo que acudáis a un criador serio y profesional, comprometido con la raza y su selección, y a ser posible que no críe demasiados perros (por la masificación que ello implica) ni con demasiadas razas (cierto desconocimiento en profundidad, pues quien mucho abarca, poco aprieta). Esto nos indicará su conocimiento específico sobre la raza en cuestión. Y digo SERIO y PROFESIONAL con mayúsculas porque hoy por hoy no hay ningún carnet que acredite la seriedad y profesionalidad de un criador determinado. Cualquiera puede tener un par de perros y criar. Pero una cosa es criar, y otra muy distinta seleccionar, criando en el momento oportuno y con los ejemplares idóneos (y no con el perro de mi vecino porque es "chulo"). Hay que buscar la forma de obtener cachorros morfológicamente correctos (y no digo con ello que sean siempre campeones), y en el caso del teckel (que es la raza que nos ocupa), con gran pasión por la caza y extraordinario olfato (cualidad que es muy apreciada). Todo lo que sea criar de otra manera, es "criar por criar", o peor aún, "hacer caja" a costa de la salud de los animales y del engaño de los que, de buena fé, creen adquirir un TECKEL completo y que con el tiempo se ven frustrados y decepcionados. No hay respeto hacia el animal, y se convierten en vulgares vendedores de carne al peso. Estos criadores juegan con que, pasados unos meses, el propietario no se querrá deshacer de él puesto que ha pasado a ser uno más en la familia, pero no podrá disfrutarlo de forma completa porque su perro no es lo que a priori quería (ser un perro de rastros y compañero de caza, un perro tranquilo para convivir, o lo peor, un perro sano y alegre sin enfermedades congénitas o taras genéticas graves). Y el comprar en tiendas (lo siento por ellos) tampoco me parece una buena forma de adquirir un perro. No sabemos quién lo ha criado ni quienes son los padres, cosa importantísima a saber del cachorro que pretendemos adquirir. Además las tiendas viven de ello (pocos criadores se pueden permitir ese lujo), y consiguientemente, te intentarán vender un cachorro (sea cual sea) a toda costa. El criador profesional sólo te lo venderá si, además de poder pagarlo (lógicamente), tiene ciertas garantías y está realmente seguro de que el cachorro que te va a vender estará en unas óptimas condiciones de vida, y que el propietario será el idóneo para poder tenerlo. No hay cosa que más nos preocupe; porque criar un cachorro lleva mucho tiempo y mucha dedicación, como para vendérselo a cualquiera sin más. Detrás de ese cachorro hay una gran labor de selección de los progenitores, unos cuidados específicos en la gestación, de crianza de los cachorros, de socialización y de amor, que el criador da. Y es por todo ello que se siente en la obligación también de seleccionar a los futuros propietarios de sus cachorros.

 

    Bueno, pasado este enfado con los pseudo-criadores os diré que, en la adquisición del cachorro, así como en su elección, ha de prevalecer el sentido común; una decisión tan importante como la compra de una mascota que pasará contigo una media de 12 años, no se puede tomar a la ligera. Piensa que adquiriremos un compromiso serio y duradero con el animal. Ello implica una serie de responsabilidades y obligaciones que no hay que tomar a la ligera, tales como las salidas diarias y regulares, las visitas al veterinario para las vacunaciones, desparasitaciones, enfermedades, etc..., la alimentación, las relaciones con nosotros y otras personas, además de con otros perros, su higiene y aseo, y multitud de cuidados en general. Todo ello implica TIEMPO, dedicación y en cierta medida dinero (no siendo éste el punto más importante).

 

    Lo que vamos a hacer al adquirir un animal de compañía es también adquirir un compromiso de por vida. Porque un perro es un animal vivo, con sentimientos y necesidades.

 

    La elección de la raza se suele tener claro. Aquí el factor espacio juega un gran papel, pero sin ser excluyente. Y digo "excluyente" porque lógicamente no podemos intentar tener un mastín en un piso de 40 m2, ya que difícilmente podremos proporcionar su lugar de esparcimiento y descanso dentro de la casa. La convivencia puede ser "demasiado" estrecha. Por el contrario, sí podremos tener un perro de pequeño tamaño (caniche) en una casa de 200 m2; aunque más importante que el espacio que pueda ocupar, es la relación que tengamos con nuestra mascota. No por tener mayor espacio va a ser más feliz. Lo importante es el tiempo que vayas a compartir con él. Si este tiempo va a ser muy limitado, debería reconsiderar el tener un animal en casa. Las salidas diarias, el número de veces que salgáis así como la duración de éstas salidas, junto con los ratos de juegos y el tiempo que paséis juntos es lo que va a hacer que se estrechen vuestros lazos, creando un ambiente único de amistad y fidelidad que durará toda la vida. Hay que recordar que lo que más le gusta al perro es pasar todo el tiempo con su amo.

 

    Un criador PROFESIONAL será quien os aconseje qué cachorro elegir a partir de los gustos, inquietudes y deseos que le transmitáis (si es para compañía, para caza, para convivir dentro de casa, para una persona mayor, etc...). Este profesional os lo deberá entregar con al menos dos meses (ocho semanas) de vida, edad en la que el cachorro estará perfectamente socializado, con todas las vacunas al día, debidamente desparasitado y con todos los papeles del pedigree pasados o en trámite. Opcionalmente lo habrá podido identificar mediante un tatuaje o un microchip. Éste último será obligatorio a los 3 meses de edad, junto con la vacuna de la rabia y el pasaporte canino (cartilla sanitaria).

 

       Dicho esto, intentaremos dilucidar cuál es el cachorro que más se asemeja a nuestros criterios (ya que existe tanta diversidad de perros como personalidades podamos tener). Los hay hogareños, inquietos, cariñosos, tranquilos, reprimidos, juguetones, tranquilos, hiperactivos, tiernos, valientes, inseguros, etc... Pero cabe destacar que ningún cachorro (al igual que ningún bebé) es malo, sino travieso. Para saber cuál es el carácter y temperamento que a priori tiene cada cachorro, es muy útil hacerle un test llamado "El Test de Campbell". Para realizarlo se deberán tener en cuenta las siguientes pautas:


• Solamente una persona examinará al cachorro. Además debe ser alguien a quien el cachorro no conozca (que no haya visto ni olido). Descartaremos por tanto a familiares y personas que ya hayan estado en contacto con los cachorros.
• El cachorro debe tener 2 meses de vida (no más, pero tampoco menos).
• Se llevará al cachorro a un lugar que no conozca, sin ruidos ni distracciones que lo puedan alterar.
• No se manipulará ni preparará al cachorro previamente a la prueba.
• No se premiará, regañará ni felicitará al cachorro en el transcurso de la prueba. Así evitamos modificar su conducta, porque lo que pretendemos es ver cómo se comporta en realidad, sin ninguna intervención por nuestra parte.

Este ejercicio está compuesto por  cinco partes: atracción social, aptitud para seguir al amo, obligación, dominación social y dignidad; en cada una de ellas iremos viendo cómo se comporta, anotando cada resultado obtenido en un papel.


1.- ATRACCIÓN SOCIAL:

 

    La Forma de Ejecución:

Se coloca al cachorro (uno sólo) en el suelo, y en silencio nos alejamos unos pasos (un par de metros); nos agachamos y le tocamos las palmas suavemente para llamar su atención y animarle a que venga hacia nosotros. Con esto pretendemos ver la atracción que tiene el cachorro hacia el hombre.

    La Respuesta obtenida (de cinco posibles):
a) El cachorro viene enseguida y sin titubeos, con la cola levantada y dando saltos.
b) Acude sin problemas ni demora, con su cola levantada, y tocando con sus patas las manos de quien está haciendo la prueba.
c) Viene sin dificultad pero con la cola baja.
d) Acube titubeando.
e) No viene.


2.-
SEGUIR AL AMO:

 

    La Forma de Ejecución:

Una vez depositado el cachorro en el suelo, nos situamos junto a él y caminamos, asegurándonos de que el animal nos observa. Esto nos indica el grado de independencia del cachorro, y su aptitud a seguirnos.

    La Respuesta obtenida (de cinco posibles):
a) Nos sigue sin problemas, con la cola arriba tratando de mordisquear nuestros pies.
b) Nos sigue sin dificultad con la cola arriba pero no nos mordisquea.
c) Nos sigue pero con la cola abajo.
d) Nos sigue titubeante con la cola abajo.
e) No nos sigue o se aleja hacia otro lugar.


3.- OBLIGACIÓN:

 

    Forma de Ejecución:

Colocamos al cachorro tumbado boca arriba sobre el suelo, apoyando nuestra mano sobre su pecho entre 20 y 30 segundos. Esta prueba nos indica si es cachorro es luchador o sumiso, viendo la aceptación a la contención.

    Respuesta obtenida (de cuatro posibles):
a) Lucha con fuerza y nos muerde.
b) Lucha vigorosamente, pero sin morder.
c) Se debate, pero luego se queda quieto. Puede intentar lamernos las manos.
d) No lucha, se queda quieto sin moverse y puede lamer nuestras manos.

4.-
DOMINANCIA SOCIAL:

 

    Forma de Ejecución:

Nos arrodillamos al lado del cachorro y le golpeamos suavemente el cráneo en su parte superior, bajamos a lo largo de la columna vertebral y acariciamos a contrapelo sobre la misma zona entre 20 y 30 segundos. Un perro sumiso será fácilmente manipulable, mientras que uno dominante intentará revelarse al sometimiento.

    Respuesta obtenida (de cinco posibles):
a) Salta, ladra o araña, muerde y gruñe.
b) Solo salta y ladra.
c) Se retuerce y nos lame las manos.
d) Se coloca boca arriba y nos lame las manos.
e) Se aleja, pero no vuelve.


5.-
DIGNIDAD:

 

    Forma de Ejecución:

Colocamos nuestras manos entrelazadas debajo del tórax del cachorro y lo levantamos sin que sus patas toquen el suelo. Lo mantenemos así entre 20 y 30 segundos. Pretendemos ver su reacción frente a la pérdida del control de su posición; según se revele o no, nos indicará el grado de orgullo, dignidad y su actitud frente a una obligación social impuesta.

    Respuesta obtenida (de cuatro posibles):
a) Se debate con fuerza a la vez que muerde y gruñe.
b) Se debate moderadamente, pero no muerde.
c) Se debate poco tiempo, se calma y lame nuestras manos.
d) No se debate nada y lame nuestras manos.

 

 

    Recopilación de las respuestas obtenidas:


    Según las respuestas obtenidas de las cinco pruebas, el cachorro puede ser:


DOMINANTE AGRESIVO: (Dos A con alguna B)

    Cachorro dominante y agresivo; no es aconsejable para los niños; no se le debe pegar puesto que aumentaría su agresividad. Llevado de una manera firme, será un adulto con capacidades defensivas en casos de peligro. Magnífico perro guardián de la casa. Tendrá conflictos con otros perros por su marcado carácter.


DOMINANTE EXTROVERTIDO: (Tres o más B)

    Debe ser educado con suavidad pero con firmeza; si se lo consiente demasiado se volverá insoportable; no es aconsejable para los niños. Será un buen perro de caza, sobretodo donde haya contacto (como es el caso del zorro en madriguera).


EQUILIBRADO: (Tres o más C)

    Relativamente equilibrado, ni demasiado agresivo ni demasiado sumiso; puede convivir sin problemas con los niños. Es el ideal de cachorro, tanto para convivir en familia, como para compañero en la caza.


SUMISO: (Dos o más D con una o varias E)

    Necesita mucho afecto, sensible a los retos; es conveniente darle confianza en si mismo; en casos extremos podría morder por temor si se siente amenazado; es un cachorro muy cariñoso que puede convivir con niños y personas mayores. No apto para la caza por su inseguridad y miedo.


INDEPENDIENTE Y MAL SOCIALIZADO: (Dos o más E)

    Muy difícil de educar y que hace lo que le da la gana; Difícil de dominar y de que acate nuestro liderazgo; puede atacar y morder si se lo castiga; No aconsejable para el contacto con los niños ni con personas mayores. Requiere de dueños dominantes y experimentados en el trato con perros. En la caza será un buen perro, pero habrá que sujetarle para evitar ese independentismo.

 


    Importante: Debemos tener en cuenta que un resultado combinado requerirá la repetición del test. Si el comportamiento se repite, el cachorro reaccionará de manera inesperada ante la variación de situaciones.

 

 

    Con todos estos datos ya tenemos un base firme en donde poder apoyarnos. Ahora tendremos que ver además el uso que le pretendemos dar a nuestra mascota; si va a estar con niños, con otros perros, con ancianos, solos cierto tiempo en casa, en una gran parcela, etc... Así, si va a estar en familia, escogeremos un perro de carácter tranquilo y amable pero con muchas ganas de jugar. Si lo queremos para cazar, tendrán un carácter temperamental y será más inquieto y nervioso. Y si la caza es de contacto (como pueda ser el zorro o las batidas en el monte), será un perro dominante y valiente, pero con un temperamento equilibrado (importantísimo). Si es para personas mayores, serán animales con un carácter dependiente y sumiso, además de ser tranquilos y amables.

    En resumen, el cachorro ideal (a mi modo de ver) será aquel que tenga un carácter equilibrado, ni miedoso ni agresivo, que acuda a nuestra llamada y que se sienta a gusto con nosotros y en nuestra compañía. Esto denota que ha estado en contacto estrecho con personas en sus etapas como cachorro, y que ha adquirido una correcta socialización por parte del criador.

 

    Mencionar que no hay perros de campo o perros de ciudad; Lo que hay que conseguir es que nuestro perro se adapte a nuestra forma y modo de vida, y no a la inversa. Si vivimos en una gran urbe, acabará acostumbrándose a ese modo de vida. Y si por el contrario vivimos en el campo, se adaptará de igual manera. Es aconsejable que pruebe ambos, y observéis vosotros mismos la diferencia. En el caso del Teckel, parece mentira lo empalagoso, tranquilo y juguetón que es en casa, y con que pasión desenfrenada se desenvuelve en el campo, mostrándose inquieto y meteórico (sobretodo con los rastros de otros animales).

 

    Un consejo personal: si tienes claro el animal que quieres, ¡¡¡ no tengas prisas !!!. Como dice el refrán: "las prisas no son buenas consejeras". Sé paciente, habla con distintos criadores, mira varias camadas, observa a los padres (físicamente y su comportamiento), sus genealogías (pedigree) donde verás si hay una selección real de la raza, y si sus ascendientes han pasado pruebas morfológicas y de caza. Y vuelvo al refranero: "de tal palo, tal astilla". O lo que es lo mismo, "de tales padres, tales hijos". Importante, no te quedes con el primer perrito que veas; Sé que la carita de un cachorrito es irresistible, pero has de tener la cabeza despejada y dejar a un lado el corazoncito (por duro que sea).

 

¡¡¡ Suerte en tu búsqueda !!!.

 

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