LAS FASES DE CRECIMIENTO Y

LA SOCIALIZACIÓN DEL TECKEL

 

     El crecimiento del cachorro está formado por tres fases o periodos bien diferenciados, ateniéndonos a su comportamiento:

 

1.- Periodo o Fase Neonatal que va desde el nacimiento del cachorro hasta los 14 días, coincidiendo con la apertura de los párpados en el cachorro (aunque realmente varía entre el décimo y el décimo quinto día). También se le denomina fase o periodo vegetativo, ya que los cachorros pasan el 95% del tiempo durmiendo al abrigo de la madre, y el resto -sólo el 5%- mamando. Los cachorros de esta edad sólo reaccionan al tacto, y se arrastran hacia las fuentes de calor (el calor de la madre). Su única preocupación es dormir y mamar, siendo indispensable para su óptimo desarrollo no perturbarles el sueño en esta etapa.

 

2.- Periodo o Fase Transitoria que transcurre desde la apertura de los párpados (10º-15º día) hasta que se despierta el sentido del oído (21 días) en el cachorro, siendo capaz de reaccionar a los estímulos sonoros (ruidos) y auto-regular su temperatura a los 28 días. En esta fase de transición, también llamada de despertar, el cachorro se pasa el 65% del tiempo durmiendo (que deberemos respetar escrupulosamente), y el 35% restante es aprovechado para comer, jugar con su madre y hermanos, y explorar el cubil. En este tiempo el criador aprovechará para manipularlos con sumo cuidado, jugando con ellos para que se acostumbren a nuestra presencia, nuestro olor y nuestro timbre de voz. Irán percibiendo así los primeros ruidos hogareños ( TV, lavadora, radio, etc.). Poco a poco, se acostumbrará al ambiente doméstico normal. Estimularemos a los cachorros con música, distintos y variados juguetes, colores y olores, que les harán despertar todos sus sentidos y colmar sus curiosidades. El cachorro ha de habituarse a los primeros estímulos ambientales. Estos han de estar muy controlados y no causarle temor o desconfianza. Es entonces cuando hay que prodigarle el mayor número de caricias. Crearemos así un vínculo de apego hacia nosotros que durará toda la vida.

 

3.- Periodo o Fase de Socialización desde los 21-28 días hasta los 90 (tres meses). Está marcado por el aprendizaje del cachorro a la vida social. La proporción del tiempo empleado en dormir se acorta sensiblemente, pasando a ser sólo del 35%, mientras que el 65% restante es empleado en jugar a explorar su entorno y en mordisquear a diestro y siniestro. Una socialización temprana ayudará al cachorro a desarrollarse mejor en el ambiente social. Cabe resaltar ahora la importancia de mantener contactos frecuentes entre el cachorro y el hombre durante todo este periodo.

 

Tienen una primera etapa de atracción en donde nada les produce miedo, y otra etapa seguida de aversión donde todo lo nuevo les provoca temor. En la etapa de atracción (3-9 semanas) el criador aprovechará para habituar a los cachorros de la camada al contacto con las personas y, si es posible, con los futuros dueños. También al entorno en donde estará y se desarrollará en un futuro, ya sea en una ciudad con ruidos de tráfico y gran tránsito de personas, como en el campo rodeado de animales en grandes espacios. Habituaremos al cachorro a estímulos que serán frecuentes en donde vaya a estar, como por ejemplo, el ruido de detonaciones en el caso del Teckel (como buen perro de caza que es).

 

    Los cachorros aprenden el sentido de la jerarquía gracias a la labor de la madre con sus señales olfativas y posturales, y se instaura el proceso de socialización con el hombre y con otros perros y animales.

 

    Dentro de la camada, el perro vive con jerarquías de manada. Al llegar a casa, esa jerarquía hay que madurarla, siendo nosotros los jefes y líderes principales de esa escala. Muchos problemas de comportamiento (y porqué no decirlo, la mayoría) que pueden tener las mascotas es debido a la falta de autoridad y liderazgo por parte de su propietario. Es entonces cuando, debido a la mala o nula socialización del perro, puede entrar en conflicto con las personas y otros animales. De ahí la importancia de esta fase. Y os quiero recordar que los mayores socializadores son los niños. Sí si, has leído bien: los niños. Y es aconsejable también que nuestra mascota esté en contacto con gente variada y de todas las edades; y cuanto más, mejor. Así se acostumbrará rápidamente a los ruidos y caricias de la gente, y a diferentes ambientes. Y cuando crezca, todo lo aprendido le será cotidiano y normal. Hay que prestar especial atención a la hora de enseñar a nuestra mascota la jerarquía, en donde nosotros (toda la familia) seremos los dominantes, y en donde él será siempre el dominado. Habrá que hacerle entender que somos nosotros quien ponemos las normas que tendrá que cumplir, y debemos seguir unos criterios que no confundan al perro. Serán unas reglas básicas que todos los miembros conozcan y acaten (ya sean de comidas, de salidas, juegos, etc...). Comenzaremos a acostumbrarle al collar y a la correa.

 

    Los cachorros que no sean socializados ni adiestrados correctamente en este sentido pueden reaccionar temerosamente a estímulos no familiares durante su vida posterior, ocasionando problemas de conducta, incluido aquí la agresión por miedo. El ambiente social y físico que le demos a nuestro joven cachorro afectará profundamente en su personalidad y comportamiento en su futura vida. Para conseguir un perro adulto dócil y equilibrado, es importante que el joven cachorro sea expuesto a la mayor cantidad de estímulos físicos, sociales y ambientales normales posible (incluyendo contacto con otros perros, animales y personas).

 

      Todas las experiencias que el cachorro vive en esta etapa de socialización serán fundamentales en el desarrollo y formación de su futuro carácter. Por lo tanto es fundamental no separarlo de su madre y de sus hermanos demasiado pronto, nunca antes del primer mes y preferiblemente a partir de la octava semana de vida (cuando ya está destetado).

 

 

 

 

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